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Presentación

Creada en 1979 por un equipo con y entorno de Françoise Dolto, La Maison Verte es un lugar de acogida y de escucha de niños  pequeños, desde el nacimiento hasta el cuarto aniversario, acompañados por sus padres o por quienes habitualmente se ocupan de ellos, y en quienes los niños se sienten en confianza.

Es un lugar para pasar un momento juntos, un lugar de encuentro con otros niños, otros adultos, padres  o miembros del equipo de acogida.

No hay inscripción, ustedes pueden venir cuando lo deseen. Siempre habrá lugar para recibirlos.

Los futuros padres son asimismo bienvenidos.

Una participación financiera, cuyo importe queda a su apreciación, les será requerida. Ésta contribuye al funcionamiento de La Maison Verte.

Información práctica

¿Cómo llegar a la Maison Verte?

La Maison Verte esta situada en: 13 rue Meilhac 75015 Paris.

Está abierta de lunes a viernes de 14:00 h a 19:00 h y el sábado de 15:00 h a 18:30 h.

Teléfono: 01 43 06 02 82 (durante los horarios de apertura).

Email: lmv15@wanadoo.fr (esta dirección está estrictamente reservada a otras estructuras “tipo Maison Verte” tanto nacionales como internacionales).

 

Transporte público: 

Metro : Cambronne (línea 6), Emile Zola ( línea 10) et Commerce ( línea 8). 

Bus: 39-70-80-88.

La historia de La Maison Verte

La Maison Verte abrió sus puertas el 6 de enero de 1979 en Paris, en el 15ème arrondissement, en una boutique que daba sobre una pequeña plaza de barrio. Se trata desde ese entonces de ofrecer un espacio abierto a la comunidad, donde el niño pequeño —desde el nacimiento hasta el cuarto aniversario— y sus padres pueden venir cuando lo deseen, sin turno y sin necesidad de formular una demanda. Un espacio distendido y acogedor donde el lazo social, tan necesario para los seres humanos, es reconocido como esencial para la salud psíquica tanto de los niños como de los padres.

A la Maison Verte los miembros del equipo de acogida  están disponibles, atentos a las múltiples cuestiones que plantean los niños pequeños; cuestiones que no sólo se plantean mediante el lenguaje de las palabras, sino que se expresan también mediante el lenguaje del cuerpo y de los actos. Esta disponibilidad concierne también las preguntas que surgen naturalmente en todo padre primerizo, específicamente en el momento en el cual la llegada de un niño modifica la economía psíquica de cada uno y moviliza la memoria de la infancia.

Françoise Dolto, Pierre Benoit, Colette Langignon, Marie-Hélène Malandrin, Marie-Noëlle Rebois y Bernard This— todos ellos profesionales de la niñez temprana— elaboraron en su momento el funcionamiento de la Maison Verte con sus reglas y su “ligereza” institucional cotidiana que relaciona a los niños, a los padres y al equipo.

 

Luego de dos años de reflexión y de elaboración, dicho equipo instaló un dispositivo pensado en primer lugar para el niño, con un encuadre particular que funda una práctica innovadora para los niños en sus primeros años de vida y sus padres. 

Tres principios sostienen desde entonces la acogida del niño:

- La presencia (al menos uno) de los padres o un adulto responsable del niño :

Una de las reglas fundamentales es garantizar al niño la presencia de  (al menos uno de) sus padres en este espacio, que contribuye a mantener la seguridad interior del pequeño y sus padres. La presencia del adulto responsable hace posible entre otras cosas, el camino necesario hacia una separación (comienzo de la guardería, niñera, jardín de infantes). Respetar este tiempo interior en el que el niño puede encontrar a sus pares sin perder el lazo que los une a quienes aseguran su identidad y su seguridad afectiva permite que las futuras separaciones no sean vividas sólo como una pérdida, sino también como una ganancia posible hacia la autonomía a través de nuevos encuentros.

- El anonimato, solo se pide y se escribe el nombre del niño :

 

Cada niño es recibido en la Maison Verte por su nombre, en su historia y su filiación. Se trata de un lugar en el cual cada uno es libre de venir cuando lo desea y de quedarse el tiempo que desea. No hay entonces inscripción, ni dossier. Es un recibimiento administrativamente anónimo. Si un médico, un docente, un cónyuge separado, un juez de menores o cualquier otra persona nos pregunta si un niño viene a la Maison Verte, nosotros no respondemos.

- La participación financiera solicitada a los padres, que es dejada a su apreciación.

La participación financiera que se pide a las familias es la marca de su implicación con la Maison Verte. Es también el signo de su adhesión al dispositivo. Por otro lado, esta participación contribuye en una parte importante al presupuesto y funcionamiento del lugar.

La Maison Verte reposa sobre dos ideas esenciales :

- Ofrecer al niño y a sus padres un espacio distendido que favorece los intercambios sociales.

La Maison Verte reposa sobre la idea fuerte de un acompañamiento del niño en un tiempo (aquel de sus cuatro primeros años de vida) durante el cual vive momentos de pasaje. Se trata de separaciones inherentes a la dinámica existente en toda maduración humana. Así, proponemos al niño y sus padres un espacio en donde se tiene en cuenta la necesidad estructurante de esos tiempos de pasaje, reconociendo que, para el ser humano, la capacidad de vivir solo es un largo aprendizaje hecho de idas y vueltas entre contactos y separaciones.

Este espacio acompaña la necesaria construcción de la autonomía del niño y plantea límites a través de reglas simples que lo introducen a la vida social. Es a través de dichas reglas que se juega la cuestión de lo permitido y lo prohibido. Es a veces a través de ellas que el niño puede manifestar lo que se juega entre él y sus padres, pero también plantear una cuestión que lo incumbe. Para ello, la Maison Verte propone un espacio de juegos para el niño, donde encuentra centros de interés en respuesta a su edad: juegos motores con los triciclos, juegos de agua y otros juegos clásicos.

 

Es un lugar donde los padres pueden distenderse, ya que encuentran allí una seguridad que les permite dejar al niño evolucionar sin temor a que le suceda algo. La referencia psicoanalítica de este dispositivo de acogida al servicio del niño, en el momento de pasaje entre la intimidad del círculo familiar y la inscripción en la sociedad, está en las bases del trabajo de los miembros del equipo de acogida.

- Prevenir los trastornos relacionales precoces.

La experiencia analítica y educativa de los fundadores los llevó a pensar que no era necesario esperar la aparición de síntomas para que los padres consultaran con su niño. Les parecía preferible estar presentes y poder intervenir en el tiempo en donde se crean los primeros lazos padre-madre-niño y a lo largo del desarrollo del niño. Efectivamente, es durante esas etapas del desarrollo del niño que son la lactancia, el destete, la marcha, las primeras separaciones, etc. que pueden manifestarse los primeros trastornos funcionales o relacionales del bebé, trastornos inherentes al devenir humano. En esta época de la vida, incluso si el niño pequeño aún no habla, no por ello está fuera del lenguaje que se expresa a esta edad, en general a través de manifestaciones corporales.

La acogida sostiene el recibimiento, la escucha y la socialización del niño pequeño.

La acogida y la escucha están íntimamente ligados. Porque no es cuestión de observación, la acogida y la escucha exigen arriesgarse a un encuentro.

Los niños inventan todos los días la Maison Verte. La inventan cada vez que esperan hacerse oír por los adultos que aquí encuentran.

Dicho dispositivo pareció tan necesario y pertinente que suscitó numerosas iniciativas, primero en Francia, pero también en otros lugares del mundo y otras culturas.

Estructuras similares se desarrollaron en Europa, Canadá, América Latina, Israel y Rusia entre otros. Cada uno lleva su nombre propio, debe pensar el dispositivo.  

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